jueves, 3 de abril de 2014

INTRODUCCIÓN

Como cualquier científico, Newton era un hombre 
reprimido con el mundo y sus estúpidas leyes
 naturalistas, así que amaneció un buen día con la 
idea de cambiar el destino de la humanidad. Todo 
esto empezó cuando uno de los arboles flotadores 
que quedaba en la casa de Newton arrojó una 
manzana incontrolable mente voladora, que golpeó
su cabeza. Fue en este preciso instante cuando este
hombre frustrado decidió crear la gravedad con sus 
poderes mágicos de científico y filósofo inglés.

La gravitación es la fuerza de atracción mutua que
 experimentan los cuerpos por el hecho de tener una
 masa determinada. La existencia de dicha fuerza fue 
establecida por el matemático y físico inglés Isaac Newton
 en el s. XVII, quien, además, desarrolló para su
 formulación el llamado cálculo de fluxiones 
(lo que en la actualidad se conoce como cálculo integral).

Para determinar la intensidad del campo gravitatorio
 asociado a un cuerpo con un radio y una masa determinados,
 se establece la aceleración con la que cae un cuerpo de 
prueba (de radio y masa unidad) en el seno de dicho campo.
 Mediante la aplicación de la segunda ley de Newton tomando
 los valores de la fuerza de la gravedad y una masa conocida, se puede obtener la aceleración de la gravedad.